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El Mundo del Tango en Uruguay

La belleza y sensualidad del tango es reconocida en todo el mundo, nacida del tangó afro, con los elementos inmigrantes y criollos, y el espíritu del Río de la Plata.

Considerada un caminar con firulete, ese caminar es una interiorizacion, y ese firulete, un volar.

Festival Viva el Tango

Todos los años, en Octubre –mes del tango– se lleva a cabo el Festival Viva el Tango, y en el 2007 coinciden su vigésima edición con el trigésimo aniversario de Joventango, principal entidad organizadora del mismo.

Desde 1988 se realiza el festival más antiguo de los eventos de este tipo a nivel mundial, otra cosa que es motivo de orgullo para todos los uruguayos, quienes en algunas cosas, hemos sido pioneros.

“El fin que el evento persigue el fin de difundir y mantener esta manifestación cultural rioplatense y constituirse en la instancia de promoción de nuevos talentos del ambiente tanguero” –reza el folleto del 20º Festival Internacional Viva el Tango. En efecto, del 12 al 21 de Octubre de 2007, con la organización de Joventango, la Intendencia Municipal de Montevideo y la Embajada Argentina, auspiciado por el Ministerio de Educación y Cultura, el Ministerio de RR.EE., el Ministerio de Turismo y Deporte, la Junta Departamental de Montevideo y el SODRE, en octubre, otra vez: ¡VIVA EL TANGO!

Cobertura de eventos

Acto Apertura Festival Viva el Tango Viernes 12 de Octubre, Foyer del Teatro Solís; bailan Elena Vilariño y Omar Correa, canta Valeria Lima con el acompañamiento del Mtro. Julio Frade.

Opción literaria:

Análisis del tango Uno, por la Prof. Mónica Pérez.

El tango: identidad cultural

Mucho más que la suma de sus expresiones

Es más que su música, su canto, su danza, su poesía. Es más que cada uno y que la sumatoria de todos ellos. El tango es una manera de ser del rioplatense, pero también lo es del hombre de la ciudad de cualquier punto del planeta.

Destacados

Hoy el tango está uniendo a los ciudadanos del mundo a través de su baile de pareja enlazada y hace posible que dos seres de cualquier raza, religión o lengua pueda dialogar en ritmo de dos por cuatro dejándose llevar por su música. Solo en Japón cinco millones de fanáticos compran discos, asisten a conciertos, aprender a bailar, o bien viajan al Rio de la Plata (con preferencia a Buenos Aires) en busca de las raíces del tango. En Berlín cada noche hay bailarines llenando las pistas de las milongas (bailes de tango). Cada año decenas de alumnos se inscriben en la materia “tango” del Conservatorio de Música de Rotterdam. Los Finlandeses tienden puentes con Uruguay y Argentina uniendo las dos expresiones de una música denominada “tango” que en idioma finés describe paisaje bucólico.

Arika Nerguiz

Lejos de la sexualidad y el erotismo de sus orígenes, hoy el tango es sensualidad. En México, Canadá, EE.UU., Hungría, Grecia, Italia, Irlanda, Egipto, la India o Hong Kong, entre otras naciones, los bailarines pagan altas sumas de dinero por la contención, la cercanía, el contacto humano, la ternura, que da el abrazo del tango.

Largo y ancho es el camino que la música surgida hacia fines del siglo XIX en los arrabales de Montevideo y Buenos Aires ha recorrido. Fue bautizada con champagne en Francia a comienzos del siglo XX donde hizo furor y provocó que todo llevara su nombre. Las confiterías parisinas convocaban al té-tango, las damas elegantes lucían prendas color tango y obviamente que bailar tango era moda.

Aunque fue prohibida por el Kaiser Guillermo II, por Luis de Baviera y por el Ministerio de Guerra de Italia, para el Papa Pío X no era más que una danza aburrida. La Duquesa de Norfolk la condenó por ser una danza contraria al carácter inglés y al interés de Inglaterra. En cambio en Londres tras una exhibición en el Teatro Reina especialmente organizada para que las damas de la nobleza juzgaran esta danza, el tango conseguía 731 votos a favor y solo 21 en su contra.

El aporte del Uruguay al tango

Las investigaciones de Daniel Indart indican que fue en Montevideo, en el Cubo del Norte, donde inequívocamente se escuchó y se bailó por primera vez el tango en el ocaso del siglo XIX. Años más tarde la Academia San Felipe y Santiago sería, también en Montevideo, la primera en formar milongueros.

Milonga para los orientales

Milonga que este porteño
dedica a los orientales,
agradeciendo memorias
de tardes y de ceibales.

El sabor de lo oriental
con estas palabras pinto,
es el sabor de lo que es
igual y un poco distinto.

Milonga de tantas cosas
que se van quedando lejos;
la quinta con mirador
y el zócalo de azulejos.

En tu banda sale el sol
apagando la farola
del Cerro y dando alegría
a la arena y a la ola.

Milonga de los troperos
que hartos de tierra y camino
pitaban tabaco negro
en el Paso del Molino.

A orillas del Uruguay,
me acuerdo de aquel matrero
que lo atravesó, prendido
de la cola de su overo.

Milonga del primer tango
que se quebró, nos da igual,
en las casas de Junín
o en las casas de Yerbal.

Como en los tientos de un lazo
se entrevera nuestra historia,
esa historia de a caballo
que huele a sangre y a gloria.

Milonga de aquel gauchaje
que arremetió con denuedo
en la pampa, que es pareja,
o en la Cuchilla de Haedo.

¿Quién dirá de quiénes fueron
esas lanzas enemigas
que irá desgastando el tiempo,
si de Ramírez o Artigas?

Para pelear como hermanos
era buena cualquier cancha;
que lo digan los que vieron
su último sol en Cagancha.

Hombro a hombro o pecho a pecho,
cuántas veces combatimos.
¡Cuántas veces nos corrieron,
cuántas veces los corrimos!

Milonga del olvidado
que muere y que no se queja;
milonga de la garganta
tajeada de oreja a oreja.

Milonga del domador
de potros de casco duro
y de la plata que alegra
el apero del oscuro.

Milonga de la milonga
a la sombra del ombú,
milonga del otro Hernández
que se batió en Paysandú.

Milonga para que el tiempo
vaya borrando fronteras;
por algo tienen los mismos
colores las dos banderas.

"Los argentinos vivimos en la haragana seguridad de ser un gran país, de un país cuyo solo exceso territorial podría evidenciarnos, cuando no la prole de sus toros y la ferocidad alimenticia de sus llanuras. Si la lluvia providencial y el gringo providencial nos fallan, seremos la villa Chicago de este planeta y aun su panadería. Los orientales no. De ahí su clara y heroica voluntad de diferenciarse, su tesón de ser ellos, su alma buscadora y madrugadora. Si muchas veces encima de buscadora fue encontradora, es ruin envidiarlos. El sol, por las mañanas, suele pasar por San Felipe de Montevideo antes que por aquí".

Jorge Luis Borges

El mismísimo Jorge Luis Borges ha confesado que sin lugar a dudas la milonga nació en esta orilla del Río de la Plata, y ha dejado entrever que probablemente el tango también haya tenido el mismo origen, tal cual lo expresa en su "Milonga para los orientales", mencionando dos calles de la antigua Ciudad Vieja de Montevideo.

Según ha señalado el poeta uruguayo Horacio Ferrer, presidente de la Academia del Tango de la República Argentina, en SADAIC de Buenos Aires se han registrado cerca de 34.000 títulos mientras que en AGADU de Montevideo los tangos registrados suman 17.000. Lo que permite cuantificar claramente el gran aporte del Uruguay al tango y al mismo tiempo establecer el volumen del género que en obras supera los 50.000 solo entre Uruguay y Argentina.

Dos uruguayos firmaron las dos obras más populares del género tango: Gerardo Matos Rodríguez, creador de La Cumparsita, el himno de los tangos, y Horacio "Pintín” Castellanos, compositor de La Puñalada, la reina de las milongas.

En esta margen oriental también nacieron Carlos Gardel, José Razzano, Julio Sosa, El varón del tango, Humberto Correa, autor de Mi vieja viola, Francisco Canaro, creador de Sentimiento Gaucho, Tito Cabano, autor de Un boliche, José Rótulo, creador de Mimí Pinzón, Carlos César Lenzi compositor de A media luz, Samuel Linnig autor de Milonguita, Paniza el autor de Julián, Héctor María Artola, el primer arreglador de tangos, y también Silva Valdés, Soriano, Patrón, Gavioli, Bianchi, Federico Silva, Alberto Mastra, Carlos Roldán, Enrique Campos, Nina Miranda, Carlos Olmedo, y el mismísimo Irineo Leguisamo, el formidable jockey.

En tiempos más cercanos podemos incluir a Mario Benedetti, Horacio Ferrer, César Zagnolli, Miguel Villasboas, Luis Di Matteo, Adriana Lapalma, Gustavo Nocetti, Malena Muyala, Alberto Rivero, Olga Delgrossi, Ernesto Restano, Ulises Pasarella, Raúl Jaurena, entre otros.

También hay que recordar que fue el sanducero Alfredo Gobbi (ver aclaración), junto a su esposa la chilena Flora Rodríguez y el cantor y compositor argentino Angel Villoldo, el pionero en emprender la primera expedición tanguera al viejo continente.

Dos "Alfredos Gobbis", y los dos uruguayos.

Alfredo Eusebio Gobbi nació en Paysandú, padre de Alfredo Julio Floro Gobbi, nacido en París.

Alfredo Julio, hijo de extranjeros que transitoriamente vivían en París, es inscripto como uruguayo, ya que por ley francesa, el nacido en tierras galas adquiere la nacionalidad de sus padres, en este caso la de su padre. Un tiempo más tarde ratifica esa condición en suelo uruguayo.

Gobbi hijo fue creador y cultor de un estilo de fundamental trascendencia entre las mayores expresiones instrumentales, gran ejecutante de piano, fue espiritualmente hijo musical de Julio De Caro y Carlos Di Sarli y un imaginativo compositor de tangos tales como "El andariego", "Camandulaje", "¡Qué noche!", "A Orlando Goñi", y otros.

El primer tango que se escuchó en Francia allá por 1905 fue La Morocha de la autoría del músico uruguayo Enrique Saborido. En su segundo viaje a París, siete años después Saborido instaló en Europa la primera Academia de Baile de Tango.

Otro de los famosos salones parisinos donde se enseñó baile estuvo dirigido por el negro Andrade, aquel futbolista celeste integrante del seleccionado olímpico de 1924 que cambió los botines por los zapatos de charol.

Durante la primera guerra mundial Montevideo fue un efervescente escenario tanguero donde durante varios años se vio actuar a quienes más tarde serían personalidades de nuestro música. Fue en este lado del Plata que de la mano de Pascual Contursi el tango comenzó a contar historias. Fue aquí que con los geniales Collazo, Soliño, Mondino y Fontaina, surgió el tango cachada con títulos como Garufa y Niño bien, y su célebre Adios mi barrio. En la tierra de Canaro, San José, el inigualable Enrique Santos Discépolo escribió y estrenó su primera obra titulada Bizcochito (1924) y en el Teatro Urquiza de Montevideo, en el mismo año y probablemente también compuesto en Uruguay, se estrenó su tango Que vachaché. En 1929 y en el Teatro 18 de Julio se estrenó “eltango que tanto esperaron los maridos” Victoria. Y ya en la década de 1930 se estrenaron aquí en Montevideo: Justo el 31 y Créase o no. Aunque no han sido los únicos. Aquí Enrique Delfino estrenó entre otras de sus obras los tangos Sans Souci y Re Fa Si. Nelly Omar estrenó el tango Sur de Troilo y Manzi. El tigre del bandoneón Eduardo Arolas estrenó entre otros de sus títulos el tango Derecho viejo.

En la década de 1940 surgieron las grandes orquestas, aparecieron nuevas voces y llegaron los poetas. Ya no estaba la voz de Gardel. El tango llenaba las pistas. D’Arienzo convocaba con su orquesta, sus cantores y su ritmo bailable en los famosos carnavales montevideanos. En la década de 1950 se formaron las orquestas de Puglia-Pedroza, aun en actividad, Racciatti, Orrico, etc. En la década de 1960 sobresale la figura de Julio Sosa. Viene en el decenio siguiente la hora más amarga para las democracias del Río de la Plata, y el tango se exilia entre otros en países europeos.

Tras la siesta en los años ’80 surge el interés en los más jóvenes por bailar la danza de los abuelos, se desempolvan bandoneones y viejos discos, se lustran los zapatos para dar nuevos pasos. En 1996 Montevideo es Ciudad Capital Iberoamericana de la Cultura y sede de la III Cumbre Mundial del Tango. En toda la ciudad, en sus calles, salas y salones, miles de uruguayos y extranjeros bailan y escuchan tango. Un gran éxito que mostró la vigencia del tango y que despertó el interés de muchos. De pronto nos dimos cuenta que el tango había dejado muy atrás su pasado prostibulario para transformarse, cien años después de su nacimiento, en una música distinguida, si se quiere, elitista, profunda, melancólica, sí, pero no triste, filosófica y metafísica.

El Dr. Tabaré Vazquez pidió a la Orquesta Filarmónica de Montevideo que presentara su espectáculo Galas de Tango en los actos de su asunción presidencial. En un día histórico para la democracia uruguaya, el show de tango desplegado fue ovacionado por cientos de miles de espectadores presentes y transmitido por televisión e Internet a todo el mundo.

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