La Plaza de Deportes
Hablando de recuerdos,
pasé miles de horas de mi infancia, mi adolescencia y algo más, en la
Plaza de Deportes, en la vieja y querida Plaza de Deportes, donde
gracias al basketbol, al futbol (¿quién no recuerda la cancha que había
donde ahora está la Piscina?), al voleybol, y hasta a los piñazos,
hicimos grandes amigos.
¿Quién no recuerda las tardes de sábado en la Plaza? Donde había
que dejar el alma en los partidos para no salir, porque volver a entrar
podía llevar horas, cuando el asfalto de la cancha derretía la suela de
los championes (Pampero, Panan o Charrúa para los que éramos más pobres
y los Topper para los que tenían guita). |
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¿Recuerdan que a veces
jugábamos con un aro torcido? Bueno, en lo que va del año un tablero no
tiene aro, todos los días paso por ahí y miro con la esperanza de que lo
hubieran colocado, pero creo que cuando en la Intendencia decidan dejar
de gastar en las fiestas, cuando se harten del whisky y los
delpilfarros, ya no va a haber plata para arreglarlo.
¿Quién no se acuerda de los partidazos que se armaban, de Joe
Cabrera, Gerardo Marizcurrena; los Valdez, padre e hijo, los Retamoza,
Enrique Rodriguez, Doglio, Juan Manuel Castrillón, el Negro Denis, el
Huevo Kinley, el Flaco Hernández, el Dr. Jaime Hernández, el Dr.
Aiçaguer, Jorge y Alejandro (el Pantera) Naya, Mauricio Scutari, Juri
Andreiuk, la familia Palau, padre e hijos, la familia Lopez (Palito,
Samora y el Caco), y tantos más que me gustaría si están en algún lugar
y leen este mensaje, enriquezcan este espacio con recuerdos de esa
época, de la que me siento orgulloso y agradecido a la vida por haber
formado parte de ella, porque me enriqueció y aun me enriquece de
recuerdos, experiencias y enseñanzas.
Qué pena que ya los jóvenes no se amontonan a jugar en la Plaza,
qué pena que ya no se emocionen como cuando el placero nos daba la mejor
pelota aunque estuviera lisa y media ovalada, qué pena que ya no se
amarguen por estar en el pizarrón de los suspendidos sólo por sacarse la
remera o patear la pelota de basket.
Ahhh y otra cosa:
¿alguno de ustedes, de los que estuvieron ahí, probaron agua más rica
que la que salia de aquella pileta??? Yo nunca más...
Floridense en Florida
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Recuerdo cuando el
Petiso Rivero nos enseñaba a ducharnos.
-¡Abra la canilla, cierre la canilla, enjabónese bien, ahora
enjuáguese... ¡Ya está!!...
Ni cinco minutos.
Recuerdo cuando salieron los pantalones largos de los equipos
deportivos, que Rivero me prohibió usar para jugar porque no se podía
practicar deporte con pantalones largos....Recuerdo con cariño cuando el
Chueco Ojeda nos ponía en fila a hacer bandejas y practicar fundamentos
antes de las "domas" de los sábados.
Cuando la cosa se ponía
un poco espesa llegaba el Lito Retamoza y nos pitaba algún partidito que
otro....
En fin, comparto que
agua más rica que la de la Plaza de los Deportes no había ni habrá.
Un gran abrazo a todos aquellos que compartieron conmigo aquellas
hermosas tardes de los sábados.
Joe Cabrera
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Qué lindos recuerdos me
traen los mensajes de la Plaza de Deportes, y aunque iba todos los días,
las tardes de los sábados eran otra cosa.
Qué partidos!! Cuánta gente!!
Y el asfalto que hervía hasta derretir la suela de los championes,
y la calentura de perder y tener que salir, y el placer de jugar con la
pelota nueva, o con los aros con red.
Qué buenos momentos, que cuanto más pasa el tiempo más valoro y más
extraño. Nos puteábamos, nos dábamos palo, pero era necesario.
Además éramos buena
gente, no?
¿Se acuerdan de los placeros? El Chueco, el Colorado, Martinez, Coimbra…
Dependía de quién estuviera qué pelota nos daba, o cuál nos echaba o nos
suspendía, o cual a pesar de estar suspendidos nos dejaba entrar.
Había uno, no recuerdo cual, que siempre decia: "Despues de un
partido mójense las muñecas antes de tomar agua". Nunca entendí por qué,
pero hasta ahora, casi 20 años después, lo sigo haciendo, y tienen razón
los que escribieron antes sobre el agua de la Plaza de Deportes: ES LA
MÁS RICA QUE PROBÉ EN MI VIDA y sólo quienes estuvimos ahÍ podemos
entender eso.
¿Fuimos privilegiados,
no?
Un abrazo a todos lo que estuvieron ahí, menos a los que me pegaron
más que yo a ellos, y eso te incluye a vos Joe.
J.N. |