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LA IMPORTANCIA DE ESTAR LIBRE

La fiebre aftosa en Uruguay

Dr. Juan Dogliotti*

 

La fiebre aftosa se ha transformado, desde su erradicación en los países desarrollados, en una importante traba para las exportaciones de productos de origen animal. Con posterioridad, el avance científico y nuevas tecnologías lograron la disminución de algunos de los riesgos, pero la barrera subsiste. La fiebre aftosa se considera del punto de vista económico como una barrera no arancelaria por los países productores, mientras el mundo desarrollado niega la situación.
Pero se esté de acuerdo o no, la barrera arancelaria aún contiene rigor científico y los casos del Reino Unido y nuestro país hoy muestran la debilidad de los sistemas de prevención, pues la vigilancia epidemiológica no es sólo tarea de la profesión veterinaria, los servicios sanitarios e incluso los productores, es una tarea de conciencia nacional y difícil de hacer.



Un país declarado “libre de aftosa sin vacunación” accede al mercado no aftósico que puede en ciertas circunstancias pagar mejores precios pero, que además significa llegar a mercados importantes por su poder adquisitivo.
Y libres de la enfermedad son aquellos países que no tienen el virus, o sea que han erradicado el virus de su territorio, lo que se prueba no vacunando y que la enfermedad no aparece.
Se debe entender, que la vacunación contra la fiebre aftosa no garantiza la eliminación del virus del país ni la región. De esta forma, los mercados que operan con la barrera para-rancelaria tienen la excusa perfecta para no comprarnos o imponernos condiciones de precio que van a lesionar nuestra rentabilidad. Como ejemplo tómese lo sucedido con el cierre de mercados como Canadá, México y el propio Brasil.
La reunión de la última Conferencia Científica de la OIE sobre la fiebre aftosa, que se celebró del 17 al 18 de abril de 2001, dejó en claro cuales eran las consecuencias de tener que llegar a la vacunación en un país que estaba libre de fiebre aftosa y reconocida por esa Organización Internacional. Se considera que la condición de “libre con vacunación” es una entelequia teórica. Por su parte, el director general de la OIE, Bernard Vallat, reconoció que “la vacunación es una herramienta valiosa para conseguir erradicar la enfermedad,” que es endémica en las dos terceras partes de los países del mundo. Pero advirtió que “la decisión de recurrir a la vacunación en masa tiene un impacto de tipo sanitario porque supone la persistencia del virus en un país,” ya que los animales vacunados pueden excretar la fiebre hasta 42 meses después de que se los haya inoculado, de acuerdo con las experiencias pasadas.
Los técnicos de los organismos internacionales coinciden en advertir los problemas a medio plazo que plantearía recurrir a la estrategia de vacunación generalizada, frente a los nuevos brotes de fiebre aftosa en los países libres e insisten enérgicamente en la necesidad de reforzar los controles veterinarios para prevenir y luchar contra la epizootia. Esto es, la prevención y la vigilancia epidemiológica tanto activa como pasiva ante un nuevo escenario económico regional de crisis profunda y los efectos de la globalización. Preisamente esto es lo que hay que revisar en nuestro país una vez que se tenga toda la información y se pase la raya para ver cuál es el saldo final, para confeccionar la factura a los responsables, tanto actores de la sociedad civil organizada como del gobierno.

¿Actuó correctamente el gobierno?

Al romperse la barrera sanitaria e ingresar el virus en nuestro país, se tuvieron que tomar medidas. El virus actuante, según informaciones oficiales, es una variedad del A24 y su origen sería el de Argentina 2000.
Uruguay había aumentado en forma sensible su exportación a nuevos mercados luego de obtener la condición por lo que, en nuestra opinión, no era conveniente volver a vacunar –léase perder esos mercados y posibles mejores precios–, existiendo otras posibilidades.
En su momento y cuando se contaba con un solo foco, afirmamos que si las condiciones lo permitían se debía actuar como en el foco de Artigas y que éramos contrarios a vacunar (por todo lo manifestado anteriormente). O sea, hacer lo posible para no tener que vacunar, pero si la situación empeoraba, se podría estudiar las medidas combinadas, ya que antes de perder toda la ganadería, no iba a haber más remedio que volver a vacunar todo el rodeo.
Creemos que es profundamente equivocado poner en blanco y negro vacunar o rifle sanitario, sin tener en cuenta todos los factores. Ninguna medida es perfecta y la toma de cada una de ellas y su combinación tiene efectos diferentes para distintas situaciones. Lo que está claro es que no debió detenerse la vigilancia epidemiológica.
La presión del sector agropecuario manifestada de diferentes formas se hizo sentir. ¿Cuánto pesó cada cosa? La opinión de los técnicos, la presión del sector, el fracaso del sistema de vigilancia; el ocultamiento de Argentina de focos en la Pampa Húmeda. No se sabe. Pero sería bueno que los servicios oficiales lo digan para terminar con las dudas.
Lo cierto que algo falló y hay que analizarlo con tranquilidad en un nuevo escenario en el que no deben faltar en el banquillo de los acusados las políticas para alcanzar la globalización, así como las de corte neoliberal asociadas a modelos erróneos. Pero todo a su momento, no pongamos la “carreta delante de los bueyes” ni desconozcamos reglas técnicas si es que queremos aproximarnos de la mejor forma posible a los intereses de los sectores productivos del país.
¿Qué hay que revisar de lo pasado para encontrar una salida?
EL lector se debe preguntar si era viable el proyecto en que se embarcó el país: asumir las medidas y los costos necesarios para obtener los beneficios de ser país “libre de aftosa” que implica hoy “no vacunar”. Cabe preguntarse si los servicios oficiales contaron y cuentan con las estructuras y recursos suficientes, no sólo económicos, materiales, tecnológicos y de información, sino con la dotación de recursos humanos en calidad y cantidad suficiente como para encarar la defensa del estatus. Y además: ¿Cuentan actualmente con ellos para impedir el ingreso del virus de la “vaca loca” transmisible, del propio de la ovina y de otras enfermedades de la lista A y B de la OIE? Las preguntas de difícil respuesta para el gobierno, brotan a raudales: ¿Cuál es el compromiso con las medidas del sector productivo? ¿Decayó su grado de conocimiento hoy respecto del pasado, en función del escenario? Incluso cabe preguntarse ¿cuál es el estado de los convenios internacionales y su cumplimiento por parte de Argentina, Brasil y Paraguay? ¿Cuántos eran los recursos que se aplicaron en los años que se inició la campaña y en sus hitos principales, en relación a la dotación de recursos asignadas en estos momentos? ¿Cuánto contribuye esto al mentado “costo país” y cómo se distribuye su carga tributaria? Y también en términos mas generales: ¿Cuáles eran los riesgos asociados al proyecto así como sus debilidades y fortalezas? ¿Era acaso el proyecto incompatible con otros, como es el proyecto turístico?
Seamos claros, quienes están en el gobierno tenían la responsabilidad de formar los equipos técnicos multidiciplinarios para evaluar éste y otros proyectos en los cuales el país tiene mucho en juego. Poco o nada se hizo al respecto, lo que debe ser un llamando de alerta acerca de lo que tendrá que hacer otra fuerza política cuando llegue al gobierno.
En este proceso hubo costos directos e indirectos asumidos por unos y beneficios logrados por otros. Habrá que pasar línea, balancear económica y socialmente para analizar si se actuó bien o hubo errores en esta o en otras políticas que impactaron el área sanitaria y no se midieron esos riesgos.

La izquierda ante la crisis

La izquierda –que se precia de pretender ser gobierno y que debe tener respuestas a estas situaciones– parte de la base que la fiebre aftosa deja en evidencia una crisis anterior mayor, que tiene gran parte interna y no viene sólo del exterior y los mercados y que se verá agravada por la reaparición de la enfermedad.
Esto está medianamente claro en nuestro pensamiento. Pero tal vez alguien proceda con apresuramiento al juzgarlo y el malentendido tenga su origen en que este acontecimiento sanitario venga a nuclear a todo el sector como factor detonante.
Las facturas pasadas al gobierno, al recrudecer el problema de la aftosa, parten de todos los sectores de la producción y la industria, incluso de algunas personas que son responsables porque en el accionar político y de gobierno en gran medida apoyaron la política económica, que sin duda, ha contribuido con el modelo neoliberal o liberal (como dice el presidente de la República) a la generación de la situación económica que nos afecta seriamente y que se traduce por una enorme crisis social, que no tiene sólo causas externas, sino estructurales e internas.
La política económica aplicada de forma sistemática y caprichosa por los tres gobiernos anteriores y profundizada por el actual, impacta y afecta en lo económico y repercute en lo social de manera visible. En el sector agropecuario se traduce por la falta de rentabilidad, el endeudamiento, la falta de competitividad, el éxodo de la familia rural, la falta de trabajo y tantos otros problemas que reclaman las gremiales agropecuarias. Pero se debe insistir en afirmar que los orígenes de la crisis son los mismos que los que afectan a todos los demás sectores productivos y sociales de nuestro país, con excepción del sector financiero y en alguna medida el importador, que siempre han encontrado la forma y los márgenes para transferir sus costos a los sectores productivos y al consumo interno.
Por otro lado, este país tiene insumos caros en todas las áreas, y en el sector agropecuario se agrava porque tiene topes en los precios de sus productos que exporta. Si consideramos que a esto se suma las barreras no arancelarias que nos imponen, como este caso, disfrazada de barrera sanitaria, las cuotas de importación y los subsidios a sus productos impuestos por los países compradores, la crisis estructural existente tiene otros factores de agravamiento.
Pero se debe refrescar la memoria y recordar que muchos productores del sector agrícola ganadero tanto primario como industrial, creyeron y apostaron en lo que decían los gobiernos –hasta el actual– de que se debía modernizar las empresas y actualizarlas tecnológicamente, bajar los costos y ser más competitivos. Así lo propusieron los sucesivos gobiernos democráticos desde 1995 hasta el presente y muchos productores invirtieron en ello, incluso tomando créditos a altas tasas de interés.
Ahora que los modelos vienen fracasando, son sus impulsores los que tienen que explicar las consecuencias actuales. Tanto el sector agropecuario como el agroindustrial cumplió con su parte, invirtiendo y mejorando su productividad. No debería ser por la crisis de la aftosa por lo único por lo que se llame a responsabilidad a los pergeniadores de dichos modelos.
Siempre estuvimos en la primera línea en el aporte y en la discusión de propuestas concretas y progresistas para el sector agropecuario, con medidas programáticas, con medidas de emergencia ante la crisis, en la discusión presupuestal y otras instancias. Ahora será preciso seguir estudiando la situación y revisar los escenarios. La militancia política y el trabajo son las formas de aportar en ese sentido.
Decía Miguel de Unamuno en una de sus frases que alcanzaron celebridad algo así como que los señoritos hablan de la patria y la venden, mientras que los pueblos la compran con su sangre.


De qué hablamos cuando decimos aftosa

La Fiebre Aftosa es una enfermedad viral, altamente contagiosa, de rápida propagación, y curso rápido, que afecta a los animales de pezuña hendida (biungulados), tales como los bóvidos (bovinos, cebúes, búfalos domésticos, yaks), ovinos, caprinos, porcinos y también a todos los rumiantes salvajes.
Se debe aclarar que la fiebre aftosa no es una zoonosis (enfermedad que se transmite del animal al hombre), como lo es la estomatisis vesicular del cerdo que se confunde con ella y otras tales como la encefalitis bovina espongiforme (síndrome de vaca loca) que hoy también es la noticia.
Su importancia radica en la capacidad de la enfermedad de producir grandes pérdidas económicas a los rebaños pues las poblaciones ganaderas afectadas sufren altas pérdidas en producción de leche, mayor tiempo de alimentación para recuperar o llegar al peso deseado y requieren gastos en tratamientos para evitar complicaciones. Se presenta con bajas tasas de mortalidad en animales adultos, pero a puede producir mortalidad en animales jóvenes.
Los casos clínicos aparecen con manifestación de fiebre y formación de vesículas (aftas) en la cavidad bucal, hocico, espacios interdigitales y rodetes coronarios de las pezuñas, hay también lesiones en el aparato digestivo.
El virus es sensible al calor por encima de 50°C y al pH ácido alcanzando su inactivación cuando se alcanzan cifras menores de 6,0 y no mayores a 9,0. Sobrevive en los ganglios lifáticos y la médula ósea de los huesos, pues después del “rigor mortis” se produce en los músculos (carne) un proceso de maduración que hace caer el pH a valores menores de 6,0, de allí el requerimiento de carne sin hueso de algunos mercados como medida de precaución. El virus puede sobrevivir en forraje contaminado y materia orgánica según la temperatura y el pH, pero es sensible a desinfectantes tales como hidróxido de sodio (2%), carbonato de sodio (4%), y ácido cítrico (0,2%). Resistente a los yodóforos, a los compuestos cuaternarios de amonio, hipoclorito y fenol, especialmente cuando el virus está en presencia de materia orgánica.
La enfermedad se transmite por contacto directo e indirectamente por medio de la emisión de saliva en gotitas por parte de los animales afectados. Son fuente de virus los animales en período de incubación y afectados clínicamente que contagian a través del aire expirado, la saliva, heces y orina. La leche y el semen mantienen el poder infectante hasta 4 días posteriores a la aparición de los síntomas clínicos. La carne y productos derivados a pH por encima de 6,0 también.
Entre los portadores animados se identifican animales convalecientes y vacunados expuestos, pues el virus persiste en la orofaringe del animal afectado por un período considerable (hasta 30 meses en los bovinos o más tiempo en el búfalo, 9 meses en los ovinos). Los vectores son varios y pueden ser tanto animados como inanimados. Entre los vectores animados se debe considerar el ser humano como el más importante. Los vectores inanimados están constituidos por los vehículos, raciones, forrajes, etc.
En cuanto a su presentación espacial la fiebre aftosa es endémica en partes de Asia, Africa, el Oriente Medio y América del Sur donde existen focos esporádicos y zonas libres de la enfermedad y ahora se suman estos focos en zonas que habían sido consideradas libres en la última década.

 

* El autor es doctor en Medicina y Tecnología Veterinaria, ex funcionario del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca y ex Consultor del CPFA-OPS-OMS-NU (Centro Panamericano de Fiebre Aftosa de la Organización Panamericana de la Salud de Naciones Unidas) y quien ha participado activamente en el desarrollo de los Sistemas de Información y Vigilancia Epidemiológica así como en la Organización y Sistemas de Información de Servicios de Salud Animal. Email: jdog@adinet.com.uy

1 Contó con la participacón de los más capacitados científicos mundiales en la materia y de los representantes de las cinco Comisiones Especializadas de la OIE, que intervinieron en nombre de los 157 Países Miembros de la OIE presentes en los cinco continentes.

 
 
Nº 4 - Junio 2001

presentación
 
 
 
 
 
 
 
 
a propósito del 18 de febrero
-Marcelo Pereira-
 
la aftosa y el mercado mundial de carnes
-José Bervejillo-

 
la importancia de estar libre
-Juan Dogliotti-

 
 el ALCA, de su origen a Quebec
-Juan Manuel Rodríguez-
 
 ALCA: Alcatraz para América Latina?
-Carlos Viera-

 
  Mercosur: una estrategia de desarrollo
-Celia Barbato-

 
 una oportunidad, no un atentado contra el Mercosur
-Lilia Ferro Clérico-

 
 

izquierda latinoamericana: las vías de lucha en el Chile de Pinochet

los años verde oliva
-Javier Ortega-
 
 las elites chilena, cubana y "búlgara¨
 
  el camino de la otra izquierda

 
 cultivos transgénicos: una alternativa para la agricultura uruguaya?
-Ariel Julio Castro-

 
 

los cultivos transgénicos
-Bjorn Welin y Sabina Vidal-


 
 

coincidencias y discrepancias:

comentarios acerca del artículo de A. Castro
-Bjorn Welin y Sabina Vidal-

comentarios acerca del artículo de Welin y Vidal
-Ariel Julio Castro-

 
  como una epidemia rara
-Jorge Schellemberg-

 
 la reestructuración capitalista y el sistema-mundo
-Immanuel Wallerstein-
 
 cuando los alcaldes vienen marchando
-Mario Delgado Aparaín-